En el mundo del desarrollo personal se habla mucho de la transformación, convertirnos en nuestra mejor versión, superación personal y éxito. La oruga entrando en pánico porque cree que es su final y resulta que se convierte en mariposa… Manejamos continuamente creencias que van reemplazando a las antiguas, pero ¿son todas ellas sanas?
Ponemos la presión dirigida a la meta, a lograr aquello que es más bello, más admirable, más… o más… y a menudo empleamos la metáfora de la mariposa.
? “Quiero convertirme en mariposa”, “me siento como una crisálida…”
Este tipo de expresiones nos enfocan en un objetivo, algo que nos moviliza sin duda, sin embargo, en mi trabajo con los clientes de #coaching o en #psicoterapia, observo en ocasiones la presión, el estrés y la frustración ,con que son vividos los procesos hacia estos objetivos.
La persona, abrumada porque no entiende qué la mantiene en oruga. Expresando cómo “debería ser…” “los demás consiguen…” sumidos en un desgarrador sentimiento de
“no soy suficientemente… – lo que sea-, y me quedaré en oruga”
Y ante esto planteo reflexiones, y una mirada diferente:
- ¿Quién dice que debo convertirte en nada?
- ¿Para qué o para quien quiero convertirme en esa mariposa?
- ¿Qué atributos pongo en ella: libertad, belleza, consecución del cambio, transformación …?
Y ¿qué pasa con la oruga?
“es fea, se arrastra, es torpe, tiene que convertirse en otra cosa…”
Y es ahí donde encuentras tu yo, en conexión con esa valoración, ese autoconcepto que impide tan siquiera esa mirada honesta hacia el SER que la persona es.
Porque ¿qué pasa con el maravilloso potencial que contiene esa oruga, con su capacidad resiliente, con su sentido de propósito, generosidad, …?
Y así seguimos confrontando y resignificando, hasta llegar al descubrimiento final.
➕ ? ¡ES TAN HERMOSA, y TAN MAGNIFICA la oruga como la mariposa!
Lo realmente significativo ya no es el resultado, que los demás observen ese vuelo, esa belleza externa, sino que el VALOR de la oruga es tan bueno como el de la mariposa.
NO se trata por tanto de tomar el valor personal del resultado, porque ese resultado YA es un potencial que habita dentro, podrías o no manifestarlo sin que varíe.
Y entonces conectamos con la verdad de que CADA PERSONA, en todo momento, contiene dentro, su propio y valioso significado, tan solo por SER. La esencia sigue ahí.
? Y el proceso de vida es la manera de conectar, vivir y sentir, cada momento, cada faceta, cada nuevo ciclo de cambio, tomando consciencia de que es un PROCESO sin final.
La mariposa vive gracias a que la oruga se trasmuta, y la oruga vive, porque la mariposa genera nueva vida. Es un proceso, ciclos, donde no hay principio ni fin, sino pasos o experiencias intermedias donde vamos ganando consciencia de lo valioso de cada instante.
️ Entre todos estamos construyendo una nueva realidad, y cada momento, cada presente es un universo de posibilidades.